

Alberto Contador
«Soy mejor ciclista que cazador»
La cita con el ganador del Tour de Francia 2007
fue así de sencilla. «¿Alberto Contador?». «Sí». «Somos de la revista
La caza y su mundo y queríamos que contaras a nuestros lectores tus
experiencias cinegéticas». «Pues veniros esta tarde porque después tengo
muchos compromisos y me va a ser imposible…»


—Crío jilgueros aunque es más complicado
que otro tipo de pájaros, como canarios o pardillos. Aun así sí que
consigo que críen, aunque este año vino un bicho y se los llevó. Yo
pienso que fue un cernícalo.
—Y en esto de los pájaros de casta le viene al galgo…
—Sí. Mi padre siempre ha tenido bastantes
pájaros y no cabe duda que algo ha tenido que ver. Además, desde que
empecé con esto de la bici me ayuda a cuidarlos.

—Y siempre jilgueros…
—¡Qué va! Primero, canarios; pero como era
sencillo empecé a criar mixtos, y como no era suficientemente difícil
continué con los jilgueros que es un pájaro mucho más silvestre.
—Y después, como eso era muy sencillo, la escopeta…
—Hace tres años empecé a ir con mi suegro,
porque a mí el campo siempre me ha gustado, pero como no tenía coto
donde cazar, la verdad es que no lo hacía mucho. Pese a todo me picaba
mucho el gusanillo. El año pasado conseguí entrar en el coto de Pinto
(que es bastante difícil) y ya no lo he dejado y cada vez me gusta más.
—Y, más tarde, escopeta y perro…
—Escopeta me compré una Benelli, pero el perro [se ríe] es una pelea constante con mi novia.
–No nos digas más… nos lo sabemos: el perro o yo.
— [Se sigue riendo a carcajadas] Sí, sí,
como traiga el perro lo tengo complicado. De todas formas [baja la voz]
no se lo digáis a nadie, ya le estoy buscando un hueco en le jardín.
—Uy, uy…


—Pero estoy seguro que, al final, se
encaprichará del perro y lo cuidará más que yo, sobre todo, cuando la
bicicleta me lo impida.
—Hombre, es que la diferencia entre cazar con perro y sin perro…
—No tiene nada que ver. Con perro se
disfruta mucho más, las jornadas se hacen mucho más placenteras y
tienes un amigo fiel que te puede prestar ayuda en el campo.
—Hay muchas razas…
—Me gustaría un braco, pero, de momento, hay que esperar un poco.
—La verdad es que un buen día de perdices…
—¡Y de palomas! A mí me gusta mucho la
paloma porque cuando te empiezan a entrar, ves los bandos y no sabes a
cuál tirar… Me encanta.

El ganador del Tour de Francia sonríe divertido cuando nos contaba que con Noval, su compañero de equipo, ponían vídeos de caza por las noches.
—Pero hay que tirar muy bien. Incluso hay que ser mejor tirador que ciclista…
— [Suelta una carcajada] ¡Pues yo, sin
duda, soy mejor ciclista! Este año, el primer día que salí me comí
algunas que casi me quitan la gorra. Luego ya me fui entonando, mejoré
bastante y se me dio bastante bien.
—Si al final todo es cuestión de entrenamiento…
—Efectivamente, pero yo no tengo tiempo.
Ahora vengo de tirar al plato, pero dentro de unos días me voy a EE.UU.
a una carrera y estoy otro mes sin disparar y así no se puede.
—Pues en plena carrera empiezas a pensar: «Ahí arriba hay unas perdices o un corzo…»
— [Se ríe] ¡No te creas, lo pienso. Lo
pienso y más este año con mi compañero Noval, que es aficionado a la
caza mayor! Me decía: «Aquí tiene que haber unos cochinos…»; y yo le contestaba: «Mira la pila de torcaces que hay por aquí».


—¡Por eso has ganado el Tour, porque tenías que llegar el primero a la junta de torcaces que pasaban por lo alto!
— [Suelta una carcajada] ¡No, no tanto!
Pero sí hay momentos en carrera que vas más relajado y a mí me ayuda.
Y, además, es que en Francia hay muchas torcaces.
—Y así no te enteras de las cuestas, juegas con ventaja…
—Las cuestas son duras con o sin palomas y cuando vas a tope no ves más que carretera.
—O sea, cuando vas en la bici, caza; y cuando vas de caza, bici…
—Sí, sí. Algunas cuestas de por aquí, que
son empinadas y con esparto, a veces pienso que habría que subirlas en
bicicleta de montaña. Pero cuando cazo, ni bici ni nada: a pata que,
además, me viene físicamente muy bien.
—¡Anda, si habrás ganado el Tour por ser cazador…!
—Todo ayuda. A los ciclistas, los
preparadores físicos nos mandan andar durante la temporada invernal.
Así que si eso lo haces cargado con una escopeta, con cartuchos, por
cuestas y barbechos con las botas llenas de barro y detrás de las
perdices, pues… mejor que mejor.

Contador, delante de la jaula donde tiene los jilgueros que cría y que sus amigos le regalan.
—Y después un buen taco…
—Te voy a contar… Este invierno íbamos
cazando el padre de mi novia y yo aquí, en Pinto. Yo no me había echado
ni una botella de agua. Allá, a las doce o doce y media, sin haber
parado de andar a un buen ritmo detrás de las perdices, yo iba medio
reventado, pero no decía nada a mi suegro por vergüenza. Yo le miraba a
él, como si fuera en carrera, intentado adivinar algún signo de
debilidad y el tío tan tranquilo [se ríe a carcajadas]. Al día
siguiente me eché agua, las barritas energéticas que me sobraron del
Tour y… al chaleco. «Éste —pensé— ya no me pilla en otra».
—Mejor que barritas energéticas, queso, chorizo y la bota de vino…
—¡Y mejor un jamón de bellota de la tierra de mis padres! [Los padres de Contador son de Barcarrota, un pueblo de Extremadura].
—Y, luego, claro, en los controles antidoping das positivo por un buen jamón 5 jotas…
—Mis amigos de Barcarrota me cantaban una coplilla que decía: «Contador sigue así, sigue así / pero que sepas / que cuando el jamón de pata negra de positivo / estás perdido».

—Pues este invierno tendrás que comer mucho jamón en el campo…
—Tengo unos cuantos compromisos que
procuraré atender, pero la mayor parte del tiempo me la pasaré aquí, en
Pinto, cazando. Primero, con el conejo que hay una barbaridad; y
luego, a la perdiz en algunos sitios que me han invitado.
—Y a la mayor…
—Noval y sus amigos me han dicho que de
este año no pasa, que tengo que ir, que tengo que ir y que tengo que
ir... Así que, algún día me iré para Asturias. Pero tengo miedo de que
me guste demasiado.
—Y te gusta demasiado, y sales en todos los medios de comunicación y te señalan con el dedo…
—Ni lo creo ni me importa. Es posible que a
la gente que esté en contra de la caza no les parezca bien. Yo tengo
amigos que no les gusta la caza pero comprenden que la caza es un
factor de equilibrio. Aquí en Pinto se matan entre 6.000 y 7.000
conejos al año; si no se hiciera, los agricultores tendrían que irse
del pueblo.
—Si es que, por mucho que se empeñen, la caza es imprescindible para equilibrar el ecosistema…
—No te quepa la menor duda, aunque hay
mucha hipocresía al respecto y sólo te pongo un ejemplo: las palomas en
las ciudades están causando estragos, estropean edificios, monumentos,
atascan canalones… las cogen con redes a miles y luego las gasean. Y,
así, con muchas más especies que si no se regulase su número serían un
problema muy grande.

Su afición a criar pájaros viene de lejos: comenzó con canarios; siguió con mixtos y, en la actualidad, se dedica por completo a los jilgueros.
—Tanta trascendencia… ¡con lo bien que íbamos!
—Tienes razón, mejor saltamos a otro tema como los corzos.
—Tú y Perico podríais asemejaros a corzos…
—Más bien cabras montesas, siempre por las montañas...
—Bruyneel.
—Es difícil. Un lince porque tiene buena vista ahora de director y cuando era corredor. Aprovechaba muy bien sus oportunidades.
—Manolo Sainz.
—Otro lince. Yo creo que Manolo siempre ha
tenido muy buena vista y... Bueno, hubo un momento que no hizo las
cosas bien y lo está pagando caro ahora, pero tiene buen ojo.
—Óscar Freire.
—Un guepardo por lo rápido que hace los sprints.


—Rasmussen.
—Ése es el que tiene mote oficial. Todo el mundo le llama el Pollo por el pelo rubio, fino y medio rapado que tiene.
—Indurain.
—Sería más un trotón, un caballo trotón muy resistente.
—Indurain también es cazador.
—Y me han dicho que de los buenos.

El joven ciclista madrileño asegura que el mejor de los dopings es el jamón de 5 jotas de Barcarrota (Badajoz), el pueblo de sus padres.
—El navarro ganó cinco Tours…
—La esperanza es lo último que se pierde,
pero es un reto muy difícil. La prensa no quiere que ganes los cinco de
Indurain, ¡qué va!, sino que te pide ocho para superar a Armstrong.
Pero es una cosa que, de momento, ni me la planteo. Este año me estoy
dedicando a disfrutar de mi victoria en el Tour y el año que viene será
otro distinto, y ojalá podamos hacer otra entrevista como ganador del
Tour.
—Y mientras llega el Tour… todo el invierno de caza.
—¡Digo yo! Ya tengo ganas de irme. Ya he
empezado con la paloma, pero en octubre, noviembre y diciembre
aprovecharé para irme a algún sitio donde haya un buen coto de perdiz.
—¿Y con nosotros no vas a venir de caza para contárselo con todo detalle a nuestros lectores?
—¡Sí, hombre sí, eso sí! Pero con una
condición: ¡las que falle las quitáis! Un buen día de perdices en mano
estaría bien. Por mí, encantado.
—Emplazado quedas.
Fuente: http://www.club-caza.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario